Mitos de la Espuma en productos de limpieza.

Mitos de la Espuma en productos de limpieza.

En México y Latinoamérica existe una sensación generalizada sobre todo en personas mayores a 40 años que los jabones, shampoos y detergentes deben contener una cantidad importante de espuma para limpiar. Los comerciales televisivos desde hace varias décadas nos han dejado ver que a mayor espuma la suciedad mágicamente desaparece.

La realidad es que la mayoría de los productos que producen grandes cantidades de espuma contienen también grandes cantidades de sulfatos. 

En apariencia los sulfatos no generan problemas severos en la piel, pero su uso continuo (como el que tenemos con un jabón o shampoo al bañarnos) hacen que se pierdan aceites naturales en la piel produciendo escozor producto de la resequedad que se genera y pérdida de brillo en el cabello lo que nos hace de inmediato adquirir más productos químicos para contrarrestar estos efectos. 

Si bien es cierto que la mayoría de los productos comerciales no superan la cantidad de las normas internacionales permitidas para el uso de sulfatos en un producto, también es cierto que muchas empresas abusan en su uso por dos razones, bajar los costos de fabricación de un producto y porque algunos usuarios literalmente exigen su uso, producto del conocimiento adquirido por varias décadas.

 

El uso de espuma concentrada en los productos daña los ecosistemas pues al llegar a los mantos acuíferos no se permite la circulación de oxígeno, creando una especie de bolsa plástica como la hemos visto en distintos documentales y noticieros en el planeta.

 

Los mejores productos de limpieza deben mantener un nivel de espuma controlada y de fácil eliminación, por lo que visualmente uno puede inferir que a mayor espuma mayor contaminación.

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